En este tutorial te enseñamos los 10 errores más comunes que puede tener alguien que empiece a tocar la armónica. El objetivo de este vídeo es que descubras si te pasa a ti también y en ese caso aportarte soluciones para que mejores. Esperamos que te guste el vídeo.
Para este tutorial hemos usado una armónica diatónica Hohner Rocket en C.
A continuación te dejamos la lección por escrito por si te interesa leerlo con detenimiento.
LOS 10 ERRORES MÁS TÍPICOS DE ARMONICISTAS PRINCIPIANTES
1. TENER PRISA
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el/la alumno/a al comenzar a aprender es la prisa. Prisa por tocar todo, prisa por dominar los bendings, prisa por hacer vibrato, prisa por dominar el tongue blocking, prisa por dominar los overbends.
La prisa produce en la mayoría de los casos frustración porque nada te va a sonar como tú quieres. La prisa por aprender es tu peor enemigo. Debes tener muy en cuenta que cuando aprendes a tocar un instrumento hay muchos conceptos que tendrás que ir asimilando poco a poco con el tiempo y es normal que al principio no te salga.
La prisa por aprender no te ayuda, tu mejor aliado es la constancia.
2. NO TENER CONSTACIA
Si de verdad quieres aprender y quieres desarrollar técnicas con la armónica que te hagan conseguir tu sonido tendrás que tener paciencia y constancia.
Si no tocas todos los días un rato no vas a aprender nunca. No puedes aprender a tocar un instrumento si no lo trabajas de manera constante, es decir; TIENES QUE HACER UN HÁBITO.
Se trata de que todos los días toques un poquito, que te acostumbres a tocar, sólo así podrás desarrollarte como armonicista. Si, por ejemplo, solo tocas media hora cada dos semanas irás olvidando todo lo aprendido de una sesión a otra, vas a tardar mucho tiempo en empezar a sonar bien y lo más seguro es que te acabes aburriendo, incluso te frustres con el instrumento.
Toca un poquito cada día y verás los progresos.
3. SALTARSE LA PARTE QUE NO TE SALE BIEN
Cuando estamos aprendiendo una nueva canción es normal que haya alguna parte que no nos salga bien: un bending, un ligado, el paso de una nota soplada a otra aspirada, etc.
Un error muy común es pasar por esa parte rápido (como si nadie se diera cuenta) para intentar evitarla. Esa es la parte que sabes que te va a salir mal, donde piensas que te vas a equivocar ¿y solo de pensarlo sabes qué pasa? Pues que va a ocurrir, te vas a equivocar.
Lo correcto es que trates de aislar esa parte que no te sale y practicarla por separado hasta que te salga bien, después vuelve a tocar la canción o el ejercicio completo y si te equivocas en esa parte o en otra vuelve a hacer el mismo procedimiento. Si no te sale hoy te saldrá mañana o pasado mañana, ante todo ten paciencia.
4. NO TRABAJAR LA EMBOCADURA
El/la alumno/a principiante tiende a ser demasiado compasivo consigo mismo con el tema de la embocadura y cuando no está aislando del todo bien las notas se dice a sí mismo “bueno, me sale bastante bien”. El problema de no aislar bien es que el error se va acumulando conforme vas tocando y lo más seguro es que a la tercera nota que toques con mala embocadura ya no sepas ni lo que estás tocando.
La embocadura no puedes perderla en ningún momento, la solución a este problema es muy sencilla: toca más lento, mucho más lento, toca nota por nota reconociendo su sonido.
5. OLVIDARTE DE QUE TIENES QUE TOCAR A RITMO
Cuando ya embocamos bien las notas y controlamos cómo pasar de una a otra, es decir, cuando ya tocamos la melodía más o menos llega el paso fundamental: tocar a ritmo.
El ritmo correcto es el que nos dice cuánto tiempo dura cada nota y cuánto dura cada silencio además de la acentuación.
El principal problema al que te vas a enfrentar al intentar tocar a ritmo es que te va a costar concentrarte en seguir un metrónomo mientras te concentras en soplara o aspirar la celda correcta; es normal, ten paciencia y practica, al final saldrá.
El segundo problema que puede aparecer es que te va a costar adecuar la respiración al ritmo ¿te ahogas? Algo estás haciendo bien, ahora busca la manera de dosificar el aire para no ahogarte.
6. NO RESPIRAR
Olvídate de soplar y aspirar, solo respira.
El aire tiene que ir hacia la barriga como si quisieras hinchar tu barriga como si fuera un globo: solo respira.
Se trata de usar la parte baja de los pulmones porque es donde entra más aire y de esa manera podrás tocar notas más largas.
7. NO USAR LA NARIZ
Respiramos a través de la armónica, sí, pero con el aire que entra y sale por la armónica no podremos regular toda nuestra respiración. Para ello tenemos que usar la nariz como válvula reguladora: tomando aire a través de esta en las notas aspiradas o desalojando aire a través de esta en las notas sopladas.
Si no haces la respiración diafragmática (hinchando la barriga) te va a ser muy difícil usar la nariz.
8. TOCAR MUY FUERTE/TOCAR MUY FLOJO
Tocar muy fuerte es un problema igual que tocar demasiado flojo. Tienes que reconocer dónde suena bien tu armónica, prueba con una nota, la que quieras, por ejemplo el 4 soplado y prueba a tocar con poco aire, con más aire, con mucho más aire y con una cantidad exagerada de aire. De esa manera verás que al principio no suena o no suena bien, de ahí pasa a sonar más o menos bien y conforme te pases de aire empezará a sonar mal.
Tienes que conocer ese rango en el que tu armónica suena bien y cuánto aire estás imprimiendo. Tienes que ser consciente de que según la parte de la armónica en la que estés tendrás que meter más aire (notas graves) o menos aire (notas agudas).
9. MOVER LA CABEZA Y NO LA ARMÓNICA
Es muy común usar la cabeza al principio para acercarse a las celdas que queremos tocar pero te aseguro que no es buena idea por varias razones: a la larga te puede dar dolor de cervicales, te saca del ritmo, te dificulta leer, te imposibilita comunicarte con más músicos mientras tocas.
Para ayudarte a esto piensa que será mucho más fácil si usas las dos manos; siempre habrá una que empuje y otra que reciba.
10. MIRAR A LA ARMÓNICA
La armónica es quizás el único instrumento que no puedes mirar mientras tocas así que tienes que acostumbrarte desde el principio a que no tienes referencia visual: tu referencia va a ser auditiva.
Si, por ejemplo, tienes que tocar el 5 soplado y cuando vas tocarlo te suena otra nota distinta de la que esperas no solucionas nada mirando a la armónica ¿por qué? Pues porque en el momento en el que separes tu armónica de tu boca te habrás quedado sin embocadura (game over).
Imagínate que en lugar del 5 soplado te suena el 4 soplado, muy bien, piensa: esa nota es más grave que la que yo quería tocar y también está en la parte soplada, luego si deslizo la armónica hasta la siguiente celda me encontraré con la nota que busco, la del 5 soplado. De esta manera el trabajo que ya has hecho con la embocadura servirá de algo. No te preocupes si no te sale a al primera, eso es el el pan de cada día para los músicos así que si estás empezando acostúmbrate.